Ya que estamos en la tierra de San Ignacio de Loyola, no podíamos dejar de hacer el recorrido hacia la cima del Izarraitz (1026 m) donde se encuentra la impresionante estatua de San Ignacio, presidiendo el mirador sobre Guipúzcoa.
Iniciamos este camino acompañadas de nuestras hermanas Junioras Mane y Mariela. Así como la vida misma este camino estuvo lleno de alegrías, cansancios, subidas, pendientes… en momentos se hizo difícil, pero unas a otras nos animábamos y acompañábamos.
Gozamos la belleza del paisaje, la brisa que nos refrescaba, la imponente montaña, las rocas, los caballos, ovejas, el mar…; todo nos hablaba y nos invitaba a contemplar agradecidas la creación.