“Fue increíble la sensación al volver a casa. Regresé realmente nuevo, con un gran optimismo y muy limpio de mente y muy claro en varios aspectos. Me gustó reencontrarme con mis raíces cristianas y fue muy lindo darme cuenta que también puedo aspirar a la espiritualidad desde la perspectiva cristiana. El retiro me sirvió mucho para reconectar con mi parte espiritual aquí en Chile. De paso aclaré muchas cosas, entre ellas el hecho de que no es necesario ser cura para vivir la espiritualidad a concho. Tenia serias dudas con respecto a esto y me di cuenta que puedo incluir a Dios en mis labores cotidianas. Estaba muy serio y muy grave, me estaba yendo al extremo, casi no quería salir, me estaba aislando y estaba lleno de dudas espirituales. Logré después del retiro darme cuenta que puedo incluir a Dios en mis labores diarias Que ser laico y llevar una vida “terrenal” no es sinónimo de camino erróneo, por tanto he tenido un gran alivio darme cuenta de esto, que quizás para muchas personas es básico pero todos somos diferentes y tenemos diferentes cuestionamientos.
Confirmé y estoy comenzando a llevar a la práctica algo que sabía por libros pero ahora lo asimilé bien; para cambiar el mundo debo cambiar primero yo y dedicarme a mi círculo más cercano primero. Después puedo defender causas mundiales. Tengo mucho por hacer con mi familia.
También estoy equilibrando la mezcla de filosofías que tengo en mi cabeza y tratando de poner a Dios en el lugar que le corresponde. El domingo y ayer (lunes) estaba muy feliz y con escalofríos en el cuerpo. Se que es su presencia
Si tuviera que evaluar la experiencia podría decir que de
(P. S.)
“Antes del retiro me encontraba bien, sin embargo, sabía que Dios siempre ha estado a mi lado, pero a veces no lo sentía, por lo que me sentía un poco sola.
Del retiro me sirvió el silencio, ya que generalmente no se da el momento a solas con Dios y esta fue una buena oportunidad. Además me sirvieron las entrevistas (que son parte del retiro), para así poder guiar mejor la oración.
Al principio me costó un poco el tiempo de la oración, pero con el avanzar del tiempo, y por consiguiente de los temas, se me fue haciendo más fácil.
Encuentro fueron unos excelentes Ejercicios Espirituales”
(S.C.)
Me sirvió la tranquilidad del lugar, el patio, el silencio, la amabilidad de las Hermanas, el entendimiento y libertad de acción para que cada uno se sintiera cómodo. Se necesitan lugares así para oxigenarse, parar, observar, para después seguir.
Sugiero que las Hermanas encargadas del retiro tengan siempre la misma dedicación y preocupación que mostraron en este retiro”
(K. B. )
Mi relación con los Ejercicios Espirituales tiene mucho de misterio y “Diosidencia”, como prefiero llamarla. Hace un año aproximadamente conocí a
Recuerdo que los meses pasaron y nunca mas supe de ella, al llegar Semana Santa de este año, conocí a una acogedora Pamela, con quien compartí esos días de oración y encuentro con el Señor, me hablo que era religiosa y que su congregación tenía la espiritualidad de San Ignacio. Este personaje tan conocido en materia eclesial, había experimentado una nueva forma de entrar en oración y encontrarse con el Señor, “Los ejercicios Espirituales” al despedirme de
Como siempre los meses pasaron y luego de dos invitación hechas anteriormente, llegaba estos Ejercicios Espirituales casi caído del cielo, recién terminaba mi carrera, y sentía que algo quería conversar conmigo el Señor, retirarme de mis múltiples actividades para reencontrarme cara a cara con mi Jesús. La oportunidad golpeaba mi puerta y esta vez no podía decir que no, rezaba casi angustiada y le pedía por Email a
La llegada fue sencilla, luego de una once donde estábamos los participantes, solo faltaba la persona que daría aquellos ejercicios, de pronto alguien por el pasillo llego saludando, y para mi mayor sorpresa era “
Al rato después mi corazón ya mas sereno buscaba poner todos mis sueños y proyectos en las manos del Señor, para así poder vivir todo esto a concho, en este sentido debo reconocer que entrar en la oración fue mas difícil de lo que esperaba, aun así le pedía al Señor que me diera la paz suficiente para encontrarme con el.
Al terminar los ejercicios descubriría que eso que yo tanto pedida a Dios, el me lo había entregado a través de su gracia, convirtiendo su querer en el mió, y haciendo que todo fuera mas sencillo. Cada pauta que nos entregaba
Para mi los ejercicios se convirtieron en una fuente constante de búsqueda, si bien en ellos (los ejercicios) no se encuentran las respuestas inmediatas a la vida, a la vocación laical, a la profesión, a los cuestionamientos mas profundos del corazón, etc. Uno si lograr encontrar ciertas luces para ver cual es el mejor camino.
Por ahora no puedo dejar de recomendar a cada uno que lee este escrito, que se anime a vivir los E.E, solo basta sentir esta necesidad de estar en silencio y Escuchar escuchar y más escuchar…y dejarse invadir de Dios.
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